PIROPOS A LA VIRGEN
Doce estrellas coronan su cabeza
y reposa a sus pies la media luna,
resplandece su alma de pureza
y en amor es más rica que ninguna.
La bondad corresponde a su belleza:
en el consuelo es firme y oportuna
para ayudar al hombre que tropieza,
pendiente de las almas, una a una.
Como Madre, es nuestra cuidadora,
ya sea el tiempo tranquilo o proceloso,
y de las gracias es la mediadora.
Al hijo que la llama cariñoso
le premia como buena pagadora
con la ayuda del Todopoderoso.
José García Velázquez
Segovia, 18 de julio de 2011
Doce estrellas coronan su cabeza
y reposa a sus pies la media luna,
resplandece su alma de pureza
y en amor es más rica que ninguna.
La bondad corresponde a su belleza:
en el consuelo es firme y oportuna
para ayudar al hombre que tropieza,
pendiente de las almas, una a una.
Como Madre, es nuestra cuidadora,
ya sea el tiempo tranquilo o proceloso,
y de las gracias es la mediadora.
Al hijo que la llama cariñoso
le premia como buena pagadora
con la ayuda del Todopoderoso.
José García Velázquez
Segovia, 18 de julio de 2011
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